sábado, 13 de septiembre de 2014

La rosa negra marchita

Os voy a contar una historia que solo unos pocos entenderán, a pesar de ello, me gustaría que le prestasen algo de atención.

Las rosas no están hechas para ser amadas. Una rosa como cualquier otra flor necesita cuidado, cariño, dedicación..pero no exceso ya que si no corres el riesgo de ahogarla. Cuando te enamoras de ellas no debes cortarla.. si lo haces la matarás.
El amor no es posesión, es apreciación, como leí hace varios días en Facebook.

Erase pues una rosa marchita, en medio de ningún lugar, a punto de morir a causa de los infortunios del clima del lugar, y de los propios animales que allí habitaban. No era una rosa común, antaño cuando era mas bella todos se quedaban prendado de su extraña belleza, tanto es así que se acercaban bondadosamente para observarla.

Ella sabía que ese no era su lugar, no pertenecía a esos parajes tan hostiles y extraños. No era la única flor del lugar, pero si la única rosa negra...pero esa era antaño.. en una historia que puede que vuelva a plasmar aquí. El caso es que esa rosa ya no era tan hermosa...los infortunios que padeció a lo largo de su corta vida la quebraron, e hicieron crecer a su alrededor espinas y zarzas que alejaban de ella a todo aquel que tratara de herirla o amarla.

Pero aun con tanta protección no podía evitar que cierto animalillo se le acercara, las zarzas como por arte de magia se apartaban a su paso, el animalillo en cuestión sufria cierto arañazos, si, pero nada le importaba con tal de conocer como era el interior de la rosa negra marchita, los restos de lo que un día fue, y que probablemente no sería mas.